Cinco semifinales de Champions en los últimos seis años. Como señaló el nuevo técnico del Chelsea, Carlo Ancelotti, en su primera entrevista, se trata de un logro maravilloso. Sin embargo, claramente no es lo suficientemente bueno. El hecho de que esas cinco semifinales solo hayan resultado en una desafortunada aparición final debe ser una fuente de frustración increíble para el multimillonario propietario del Chelsea, Roman Abramovich, y los seguidores del club, aunque quizás un poco menos para ellos.

La razón por la que los fanáticos del Chelsea desde hace mucho tiempo podrían ser un poco más filosóficos acerca de «solo» llegar a una final en cinco intentos es que muchos de ellos probablemente todavía se están acostumbrando a luchar por los honores. Hasta 1997, cuando Chelsea ganó la FA Cup, el club no había ganado nada durante 26 años, a menos que incluyas el antiguo título de Segunda División. La fortuna del Chelsea en la década de 1980, después de que Ken Bates los comprara por la suma principesca de 1 libra, se desplomó hasta tal punto que casi se encuentran en el tercer nivel del fútbol inglés.

Pero cómo se dio la vuelta durante la última década del siglo. Incluso antes de la llegada de Abramovich en 2003, el proceso de recuperación había comenzado. Los entrenadores del pedigrí internacional de Glenn Hoddle, Ruud Gulli, Gianluca Vialli y Claudio Ranieri ayudaron a establecer al club como uno de los principales equipos de Inglaterra y la Copa FA se ganó en 1997 y 2000 y la Recopa de la UEFA en 1998. El Chelsea de esta época fueron pioneros en muchos sentidos, con sus entrenadores continentales y sus jugadores extranjeros en particular, convirtiéndose en el primer club en salir al campo con un equipo sin un solo jugador británico o irlandés en un partido contra Southampton en 1999.

Entonces, cuando el magnate del petróleo ruso incorporó al ganador de la Liga de Campeones, José Mourinho, para hacerse cargo del equipo en 2004, casi todos sospecharon que ‘el especial’ produciría un equipo especial.

Y así resultó. La Premier League se ganó en dos ocasiones consecutivas, así como la FA Cup nuevamente y la Copa de la Liga (dos veces). Desde marzo de 2004, el equipo se embarcó en una racha récord de 86 partidos en los que permaneció invicto en su campo de Stamford Bridge.

Con algunos de los mejores jugadores de Inglaterra, John Terry, Frank Lampard, Ashley y Joe Cole, y algunas importaciones extranjeras destacadas, Didier Drogba, Michael Essien, Michael Ballack y Nicholas Anelka, el mundo se sentó y esperó a que continuaran los trofeos. Y sobre todo por el ‘santo grial’ que tanto deseaba Abramovich; esa Champions.

Y, sin embargo, durante las últimas dos temporadas, el Chelsea se ha sentido halagado por engañar, y ha frustrado tanto a sus seguidores. Hay ocasiones en las que son tan poderosos que abruman incluso a los oponentes más fuertes; casi acosándolos para que se sometan debido a su superioridad física y mental. Pero parece que hubo una falla fatal en la composición del club que les impidió lograr ese avance definitivo.

Algunos han dicho que es porque algunos de los jugadores extranjeros no se han comprometido lo suficiente; pero luego, cuando mostraron su pasión y compromiso después de perder polémicamente ante el Barcelona en 2009, esos mismos jugadores fueron criticados por su falta de deportividad.

Algunos han culpado a los entrenadores sucesivos por no poder controlar a los jugadores ‘grandes’, como si eso fuera un problema para alguien como Luiz Felipe Scolari.

Algunos incluso han culpado a Abramovich por perder la paciencia con Mourinho demasiado rápido en 2007 o por perder aparentemente parte de su entusiasmo por el club por un tiempo.

Pero ahora, al no haber podido persuadir al admirable Guus Hiddink para que permaneciera en el club después de su rejuvenecimiento del equipo en su breve período a cargo, Chelsea ha designado a alguien que ha ganado el Trofeo de la Liga de Campeones dos veces como jugador y dos veces como entrenador. . Seguramente, Stamford Bridge, un campo maravillosamente atmosférico para ver tu fútbol en comparación con algunos de los otros estadios más ‘sin alma’, podrá presenciar algo que solo los fanáticos más optimistas habrían soñado posible hace veinte años. ; un equipo capaz de ganar la Champions League.

Si Carlo Ancelotti no puede traer el trofeo, ¿adónde diablos se dirigirán ahora?

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